10.12.17

Extraño noviembre

"I can see it in your eyes"
"November" de Silverstein



Noviembre es el mes de mi cumpleaños, mes en el que normalmente me siento a pensar en el pasado, en el presente y en el futuro. Creo que todos tenemos ese momento del año en el que toca hacer el balance y ver qué nos queda. A mí noviembre siempre me trae la nostalgia, quizás algún bajón, debe ser porque me pongo un poco más viejo.
Alguien me preguntó por estos días si había abandonado el blog y, claro, eso me hizo ponerme escribir un poco. La idea original era la de responder a esta curiosa pregunta, pero se me escapó una pequeña confesión, y me sentí aliviado... entonces otra pequeña confesión siguió a la primera, y como quien no quiere la cosa, terminé por hacer un nuevo poema... No fue hasta que lo terminé que noté que mi caprichosa mano hizo que todo el poema girara entorno a una hermosa mujer. Supongo que la mirada de una mujer puede poner tu mundo de cabeza.
Los ojos de una mujer pueden ser o un oasis en el desierto o una puerta a tu propio infierno.
Este poema tiene una estructura y métrica distinta a los anteriores, es muy probable que lo vuelva canción. El dibujo se los debo, a cambio dejo una foto tamizada (pasada por algunos filtros).
Dejen las críticas y puteadas en los comentarios, los elogios en el instagram (@nachomcrail) y los piropos al Sarahah (nachomcrail.sarahah.com).

Confesiones de noviembre
I
Confieso que no soy lo que he querido,
que los planes que he tenido no cumplí ni la mitad.
confieso que me siento en un abismo,
encerrado en mi egoísmo y añorando libertad.
II
Confieso que busco siempre desafíos,
la razón para estar vivo y la excusa de olvidar;
que sé que vivo siempre distraído,
que no miro ni mi ombligo y que no oigo al escuchar.
III
Y es que entre todos mis problemas,
y no es culpa ni condena, tienes tú el primer lugar.
Pues tu silencio me envenena,
tus palabras son mi pena y tu ausencia mi final.
Que si en tus ojos yo me quedo,
ya no veo mi reflejo, veo la foto de alguien más,
que aunque diga que lo entiendo,
sé muy bien no soy primero, ni aspirante a un plan A.
IV
Confieso que me odio los domingos,
que los martes estoy cautivo y los lunes salen mal;
que entre recuerdos me deprimo,
que sonrío y no lo digo, y que me falta otra mitad.
V
Confieso que en mi ciudad no hay primaveras,
que la culpa me acelera y la montaña es mi lugar.
Confieso que la soledad es mi quimera,
que busco quien me quiera y que me quiero enamorar.
VI
Y es que entre todos mis problemas,
y no es culpa ni condena, tienes tú el primer lugar.
Pues tu cuerpo se me aleja,
tu mirada se me niega y tus fotos hoy ya no están.
Si no te oigo ni te leo,
si rara vez te veo, si ya no me regalas
ni un segundo de tu tiempo,
ni un beso desde lejos, ni la pasión que me guardas.
VII
Confieso que mis mañanas son eternas,
mis tardes no me esperan y mis noches se me van.
Confieso que me gustan las tormentas,
los besos que se quedan y los amores de verdad.
VIII
Confieso que te amo aunque no quieras,
que te pienso sin que sepas y que te extraño si no estás.
Confieso que te sueño ya sin prendas,
que te quiero a mi manera y que no te sé olvidar.
IX
Y es que entre todos mis problemas,
y no es culpa ni condena, tienes tú el primer lugar.
Pues te me vas con la marea,
a cada instante te congelas y yo sólo sé quemar.
Que si en silencio yo te espero,
es porque tengo algo de perro y no quiero a nadie más.
Me doy al capricho de tus dedos,
juguete de carne y hueso, mendigo de tu caridad.
X
Confieso que deliro si te veo,
que por dentro llevo fuego, que tengo un lado animal.
Confieso que yo bebo mis venenos,
que me guían mis deseos y sobre todo si hacen mal.
XI
Confieso que hay minutos que me pesan,
que no hay quien me comprenda que yo no sé jugar.
Confieso que en mi vida ya no hay reglas,
y que las cartas que me quedan no son para ganar.
XII
Y es que entre todos mis problemas,
y no es culpa ni condena, tienes tú el primer lugar.
Pues las buenas hacen primera,
y en mi mano sólo quedan las que me pueden condenar.
Que como idiota yo me enredo,
a los ángeles los pierdo en el fuego de un volcán,
y es que en mi propio laberinto,
soy demonio de mí mismo por no olvidarte ya.

Besos y abrazos varios.
NACHO

2 comentarios:

  1. Espero que sepas que podés contar conmigo. Besos!

    ResponderEliminar
  2. Vos y el Romanticismo. El movimiento, no el sentimiento. Sos más de la luna que del sol. No hay caso.

    ResponderEliminar